La ilusión de triunfar, aún difícil para el más fuerte

Aún recuerdo como hace seis meses, cuando estaba comenzando mi semestre de pre práctica, soñaba con conseguir una oportunidad laboral envidiable para muchos y enriquecedora para mi. Era un sueño que sabía tenía que cumplir.

Salir de la zona de confort no debe ser tarea fácil para nadie, creo que no debería preocuparme tanto por esto, pues en el fondo se que con el tiempo me iré acostumbrando a las cosas y podré sacar el mayor provecho de esta experiencia.

Aún así, no puedo negar que miles de miedos invadían mis pensamientos de seguido, pues culminar mi primer semana de trabajo fue mucho más difícil de lo que esperaba. Sigo sin saber si eran las ansias de querer vivir todas las experiencias de inmediato, las expectativas de querer abarcar toda la ciudad en un día, o tal vez era simplemente el hecho de llegar a una ciudad conocida mundialmente como la capital del mundo. Lo que tengo claro, es que las cosas no llegan solas y sin motivo alguno, por eso, me basaré en resumir un poco los días previos a mi llegada, en tratar algunos puntos relevantes de mi primer semana, y por último, en expresar las ilusiones que siempre me motivan a querer triunfar y seguir adelante.

Para comenzar, es preciso mencionar que mucho tiempo antes de mi llegada ya todo estaba planeado, pues por naturaleza siempre tratamos de idealizar las cosas en el mejor escenario posible. Iba a llegar con mi familia 15 días antes de comenzar mi trabajo, pasaríamos un tiempo en Orlando y luego tendría la oportunidad de llegar una semana antes a DC para acostumbrarme y conocer un poco la ciudad.

Aún así, las cosas se dieron de una manera completamente diferente. Llegué un día antes de comenzar con mi práctica profesional, y no tuve la oportunidad de adaptarme a la ciudad. Por fortuna, ahora cuando ya sobreviví a mi primer semana de trabajo y me di cuenta que las cosas van por buen camino, estoy totalmente convencido de que no hubo una mejor manera de sacarme de mi zona de confort y fortalecer mi espíritu, lo cual hace parte del comienzo de esta enriquecedora etapa de aprendizaje.

Ya era lunes, estaba listo y con la mejor actitud para comenzar. Siempre he considerado que la suerte me acompaña y esta vez seria la excepción, mi roommate Stephanie Hess, otra practicante en Partners proveniente de Ohio, estaba ahí para ayudarme, de manera muy gentil me enseñó a coger el metro y me abrió un panorama muy grande de lo gentil que era le gente en la empresa que estaba por llegar.

No puedo negar el miedo que tenía, como tampoco sería justo menospreciar las ganas que tenía de comenzar. Al llegar me encontré con un edificio encantador y caluroso ubicado en una exclusiva zona de D.C. donde se encontraban las oficinas de Partners. Entré e inmediatamente logré sentirme como en casa en ese acogedor lugar. Sherrita Wilkins, mi asesora de práctica en la organización; Steve Vetter, el presidente y CEO; y “la mafia colombiana”, un grupo de increíbles colombianos que trabajan en la misma oficina; entre otras personas, con su caluroso recibimiento lograron calmar un poco mis ansias. Aún con esto, reitero, no podría negar lo frustrado que me sentía con la cantidad de increíbles y enormes proyectos que Partners desarrolla y con el idioma, pues jamás había dimensionado lo grande que era esta organización, como tampoco había reflexionado sobre lo complicado que era trabajar en inglés. Con el paso de las horas y los días pude comenzar a entender mejor las cosas y por fortuna mis habilidades idiomáticas comenzaron a fluir un poco más.

Fue una gran semana, llegué con la idea de ser el practicante de relaciones externas y en muy poco tiempo me convencí de que era una “importante pieza” de apoyo para toda la organización. A pesar del corto tiempo que llevaba en DC, logré conocer mi increíble equipo de comunicaciones y entender un poco más del talento humano y los proyectos que hacen de Partners un excelente lugar para trabajar.

Es más fácil trabajar en la zona de confort, en un país que uno conoce y con el que se esta familiarizado. Sin embargo, llegar y comenzar de cero, hasta el punto de dudar sobre las habilidades que a uno lo caracterizan, simplemente porque en ese nuevo lugar uno no se sabe defender, es una experiencia que todos deberían vivir. No es fácil, por supuesto, aunque luego de conocer tantas personas, asistir a múltiples eventos, y recibir el apoyo de todos durante la primer semana, todo se transformó a la simple esperanza de seguir viviendo día a día los sueños que un día me trajeron hasta este lugar.

Finalmente, luego de una intensa semana en esta gran ciudad, mi mente y alma están llenas de ilusiones y sueños por cumplir. Se que no será fácil y que de los errores iré aprendiendo. Sigo con la firme idea de triunfar y dar lo mejor de mi durante mi practica profesional. Poco a poco entenderé más la cultura y tendré la oportunidad de mostrar lo mejor de mi, para que luego de seis meses, mi legado sea recordado con el tiempo.